Tres tanques donde se cultivan microorganismos de montañas en los Faros Agroecológicos.
Microorganismos de Montaña: Clave para la Sustentabilidad en la Agroecología

En el contexto de la agroecología y frente a los desafíos que enfrenta la agricultura mexicana, como la alta dependencia alimentaria del exterior y el deterioro de suelos, los Microorganismos de Montaña (MM) emergen como una solución innovadora y sostenible. Estos microorganismos, desarrollados y promovidos en técnicas como las empleadas en los Faros Agroecológicos, juegan un papel crucial en la revitalización de los suelos y el fortalecimiento de prácticas agrícolas más sustentables.

¿Qué son los Microorganismos de Montaña?

Los MM son una mezcla diversa de microorganismos beneficiosos, incluyendo hongos, bacterias, y actinomicetos, que se encuentran de manera natural en los suelos de ecosistemas no intervenidos. Son conocidos por su capacidad de mejorar las propiedades físicas y químicas del suelo y se obtienen de ambientes naturales, como montañas y bosques, donde no se han utilizado agroquímicos. Estos inóculos microbianos, disponibles en formas sólidas y líquidas, se multiplican fácilmente y son económicos, ofreciendo una alternativa viable a los costosos y contaminantes insumos químicos.

Funciones y Ventajas

Los MM desempeñan múltiples funciones vitales:

  • Colonización del Suelo: Aumentan la diversidad de microorganismos beneficiosos en el suelo.
  • Control de Plagas y Enfermedades: Ayudan a suprimir organismos dañinos y promueven la salud de las plantas.
  • Descomposición y Nutrición: Incrementan la disponibilidad de nutrientes al descomponer la materia orgánica.
  • Fijación de Nitrógeno: Capturan nitrógeno atmosférico, vital para el crecimiento de las plantas.

Las ventajas de los MM incluyen su bajo costo, facilidad de producción y aplicación, y su naturaleza no tóxica, lo que los hace seguros tanto para el medio ambiente como para los seres humanos. Pueden aplicarse en cualquier sistema de producción agrícola, desde huertos caseros hasta grandes extensiones de cultivo, ya sea a través del riego o de manera foliar.

Historia y Desarrollo

La tecnología de los MM fue desarrollada en la década de 1980 por el Dr. Teruo Higa, un profesor de horticultura de la Universidad de Ryukyus en Japón. Higa estudió las funciones individuales de diferentes microorganismos y descubrió que una mezcla de estos tenía un efecto potenciado significativo. Esta técnica, conocida como microorganismos eficientes, ha sido adaptada para reproducir microorganismos que viven naturalmente en los bosques, comúnmente llamados microorganismos de montaña.

Importancia en los Faros Agroecológicos

Técnico en agroecología Lorenzo Borja Rodríguez explicando en que consisten los microorganismos de montaña.
Técnico en agroecología Lorenzo Borja Rodríguez, explicando en que consisten los microorganismos de montaña.

En los Faros Agroecológicos, los MM son parte integral de un enfoque más amplio para revitalizar la agricultura campesina y reducir la dependencia de insumos químicos. Su aplicación es clave para recuperar la fertilidad y vida del suelo, mitigar los efectos del cambio climático, y producir alimentos más sanos. Además, contribuyen a reducir los costos de producción y aumentar los rendimientos, lo que resulta en mayores ingresos para los pequeños y medianos productores.

Los testimonios de Efraín Orozco Quezada y Leticia Meléndez Pineda ilustran la importancia de los microorganismos beneficiosos en los Faros Agroecológicos. Estos ejemplos destacan cómo, con asesoramiento técnico, los productores están implementando prácticas de bioinsumos para enriquecer sus suelos y mejorar la productividad de sus cultivos.

Efraín Orozco Quezada, un productor de la Escuela de Campo «San Isidro», describe el uso de tanques de 1000 litros para la reproducción de microorganismos benéficos, específicamente bacterias fijadoras de nitrógeno y bacterias solubilizadoras de fósforo. Estos microorganismos, aislados del suelo local, son fundamentales para la nutrición de las plantas y contribuyen a un mejor crecimiento del cultivo de maíz. Su caso es un ejemplo de cómo técnicas sencillas pero efectivas pueden ser implementadas para mejorar la fertilidad del suelo.

Efraín Orozco Quezada – Escuela de Campo «San Isidro» – Faro Chihuahua

Por su parte, Leticia Meléndez Pineda, productora en la Escuela de Campo «Rancho Colorado», detalla el uso de distintos tipos de microorganismos en la agricultura. Ella menciona la reproducción de microorganismos fijadores de nitrógeno y solubilizadores de fósforo, así como microorganismos de montaña y trichoderma. Su experiencia subraya cómo la diversidad de microorganismos puede ser utilizada estratégicamente para mejorar diferentes aspectos del suelo, resultando en una tierra más fértil y productiva.

Leticia Meléndez Pineda – Escuela de Campo «Rancho Colorado» – Faro Chihuahua

Casos de Éxito y Asesoramiento Técnico

Estos testimonios resaltan no solo la importancia de los microorganismos en la agroecología, sino también cómo los productores, con el asesoramiento técnico adecuado, pueden implementar estos bioinsumos de manera exitosa. Los Faros Agroecológicos, al ser centros de innovación y aprendizaje, desempeñan un papel crucial en este proceso. Proporcionan el espacio y los recursos necesarios para que los productores como Efraín Orozco Quezada y Leticia Meléndez Pineda puedan experimentar y aprender sobre la reproducción y aplicación de estos microorganismos, lo que resulta en una mejora significativa de sus cultivos y un enriquecimiento del suelo.

En conjunto, estos casos ilustran cómo los Faros Agroecológicos están liderando el camino hacia una agricultura más sostenible y productiva, utilizando la ciencia y la tecnología para apoyar y mejorar las prácticas agrícolas tradicionales. La combinación de conocimientos tradicionales y avances científicos es fundamental para el éxito a largo plazo de la agroecología y representa un modelo sostenible para el futuro de la agricultura.


Los Microorganismos de Montaña representan una herramienta esencial en la transición hacia prácticas agrícolas más sostenibles y responsables. Su capacidad para mejorar la salud del suelo y aumentar la productividad de manera natural y económica los convierte en un aliado clave en la agroecología y en iniciativas como los Faros Agroecológicos, donde el objetivo es promover una agricultura que sea respetuosa con el medio ambiente y beneficiosa para las comunidades rurales.

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